martes, 28 de abril de 2015
EL DÍA EN EL QUE EL MAL DÍA PERMANECE
Ahora supongamos que
de pronto
sin previo aviso
entran y tú
(todo tan bien y suave; las parábolas del descuaje, controladas)
pasas a ser
una verdad repulsiva y peor, tan sincera
como ella misma.
Hay algo de trágico en toda reunión social, en el pavoneo tentacular de
todos esos hijos de mala madre que
comulgan junto a ti sin mayores afrentas
dando así por sentado que
(¿hemos hablado de la Muerte en algún momento?)
ehm
(...)
por dónde íbamos
ah, sí:
dando por sentado
el perro
en el plato
vivo, por así decirlo
(ya verás,
es de esas cosas que
se entienden rápido una vez
que e-n-t-r-a).