Tentempié (Beef as Beef). Collage y mixta en papel. 50x70 cm. Junio 2016. |
Pasa que, cuando alguien se toma a sí mismo demasiado en serio, automáticamente puede dar pie a una serie de repugnancias. Dichas repugnancias, siempre ajenas y directamente proporcionales a su nivel de auto-mequieromucho, se ponen en marcha en tanto que el sujeto implicadx tiene a su alcance los medios adecuados (sea cual sea el grado) para dar a conocer sus mamonadas.
Pongamos un ejemplo: Barcelona 2016. Un antro de putas, descuaje y bizarrismos alucinados se pone en funcionamiento cada vez que un/a individuo/a le da por subirse al carro del que-me-miren-porque-no-veas-cómo-lo-traigo. Afortunadamente, tampoco es para rasgarse las vestiduras: un 99,999% de todo ese ultra-cretinismo se queda, literalmente, en agua de borrajas (esto es, le dan la tabarra a sus colegas cercanos, a un par de periodistas activos con los que compartieron lavabo de refilón y se follan su Tumblr como si no hubiera un mañana —seflies forzadísimos incluidos, en modo: "aquí estoy dándolo todo con lo mío", un ejemplo más de que los nazis del Tercer Reich no estaban equivocados en todo TODO—). Poco más, gracias a diox. Es como el que odia el futbol a ultranza pero, aún así, sabe cosas al respecto: jodienda a espuertas, casi como si te violaran la boca con un bolígrafo. Marea social, miasma diría. Pero aquí, en el tema del choteo de pedantería artistíl de ojete local, la cosa queda tremendamente diluida. Mejor para todxs, no quepa duda.
Pero, ahora, demos un salto cuántico. Exponencial. Intercontinental. Kanye. Kanye W. y lo suyo con sus cosas.
Y, joder: ¿qué le vas a hacer? Cosas así se te escapan desde que sumaste 2+2 a nivel molecular. Otra liga en otro planeta, eso es lo que es. Más o menos: colaboracionistas siempre ha habido, los hay y los habrá.
Afortunadamente, algunxs de nosotrxs aún tenemos tiempo que perder. He aquí la elección. Dinero para drogas, ninguna enfermedad importante, etc.
Quedará para ti, como una digestión dominguera o un sarpullido primaveral. Si te vale, bien.
A mí me vale.
Es como acariciarse los pezones en invierno: no es que sea LA HOSTIA, pero una vez se supera el raspado inicial, todo es bajada con la brisa. Todo muy de catarsis.