miércoles, 4 de julio de 2018

A propósito del GOPNIK ART (o: la Vanguardia Artística REAL pertenece a la derecha Kinki-gutural, y ésta aún no lo sabe)


El Jarcor No Tiene Parangón

*************


Gopnik es el término que cataloga a una clase determinada de individuos/as, no mayores de 30 años, aparecidos en la Rusia post-soviética. Muy similares a los canis, calorros, kies o kinkis en España, turros en Argentina, flaites en Chile, chavs en Reino Unido o neds en Escocia.

En Rusia, la palabra urbana Gopnik ha sido acuñada para describir a los jóvenes descontentos propensos a la violencia, el incumplimiento de la ley y el abuso de sustancias.
Fuente: Wikipedia



Que vivimos tiempos aciagos, no es ninguna novedad. Han sido, son y por lo pronto serán los primeros pasos de un (quasi)nuevo siglo que, a pesar de habérselas dado de futurista —o eso se nos dejó entrever, si no mal recuerdo, a través de las películas, series, tebeos y novelas Sci-Fi de nuestra infancia ochentera—, más que futuro nos ha traído una forma macabra de regresión post-cultural(ista) generosamente adobada con tintes sádicos, distópicos y esencialmente vengativos.

No voy a entrar más en ningún análisis fuera de lo que hoy me concierne: lo que véis, justo eso, y cómo lo vivís. Ese ES, ni más ni menos, el contexto. Y ahora, una vez sacudida del lomo la responsabilidad de explicar por enésima vez lo obvio, vamos con lo que me ocupa en esta humilde —a la par que clarividente— disertación. Así que, al lío.



EPIC GOPNIK PERFORMANZ VS LA MEDIOCRE DIALÉCTICA (PSEUDO)POSTCULTURAL 

El "arte" de la "performance" (o "arte en vivo", aplicable a escenarios efímeros fundamentados en la manifestación de expresiones corporales con una voluntad comunicacional presuntamente "creativa" y que no, no necesariamente han de estar —aunque podrían estarlo— vinculadas al ejercicio de la danza y/o similares) siempre ha sido una de las más grandes pedorras del arte moderno y posterior. El porqué, viene a ser lo mismo que con el resto pero aún más: campo abierto para la patochada, el esperpento críptico de ínfulas varias y, sobre todo, caldo de cultivo de las más virulentas vergüenzas ajenas —cuyo único e imbatido equivalente se halla en el culmen diarreico del videoarte Post-Fluxus— que, sin duda alguna, ha hecho las delicias de las personalidades más impostadas y antinaturales que han campado —y aún campan, para mayor desgracia— por los páramos creativos de ésta nuestra paupérrima herencia cultural contemporánea. 
     La falta absoluta de originalidad REAL.
     La asfixia de Egos.  Con mayúscula capital, esos que van con nombre propio y paga papá.
     El solemne, inclemente ABURRIMIENTO. Total ausencia de lo verdaderamente necesario.
    

Eso es Desgaste Pseudopostcultural. Supongo que el término resulta suficientemente elocuente. Pasa en las mejores familias, claro: pintura, escultura, poesía, cine, literatura en general que-no-es-poesía... Ya. Obviedades, obviedades. 

Y ahora, veamos LO NUEVO. 

Antes de entrar de pleno en ello, un par de matices previos que considero esenciales:

1. Las manifestaciones artísticas y/o filosóficas propias del talante derechista —ya sean moderadas, extremas o simplemente circunstanciales dentro de la gravedad—, tradicionalmente siempre han adolecido de una pamplinería apabullante: solo en contadísimas ocasiones —y siempre contextualizadas bajo unos severos parámetros de concrección inimitable—, la ideología fascista y/o reaccionaria ha dado algún que otro fruto de considerable interés. Marinetti, Schopenhauer, Céline... Y poco más. Jose Luís Moreno, si me apuras. 

2. Las manifestaciones artísticas y/o filosóficas propias de las clases populares con cierta tendencia al analfabetismo funcional y a la casi total falta de dotes pertinentes a su escala evolutiva (Sapiens-Sapiens, aprox), suelen no ser demasiado dignas de mención. Siempre sale, de tanto en tanto, algún retrasado mental con dotes pictóricas curiosas o un oligofrénico con cierta manita para los mosaicos; ejemplos aislados y poco significativos, en todo caso, si nos atenemos a la tónica histórica imprerante. 

Teniendo en cuenta estos dos aspectos, se hace incluso MÁS urgente hablar de la irrupción de una nueva vanguardia performántica agro-facha que, sin duda, se ha situado de inmediato y por méritos propios —eso pienso yo, faltaría más, que para algo me estoy marcando el presente tordo— en lo más alto de las cotas de innovación creativa: desde las cumbres más celebradas de los movimientos Surrealista y Dadà, nunca se había vuelto a ver un torrente de tal calibre en lo tocante a la agitación social filtrada a través de creatividades rabiosamente nuevas, espontáneas y, ante todo, tremendamente EFECTIVAS. Ni siquiera dignos aspirantes como el Grupo Cobra, los principales accionistas vieneses o apropiacionistas de la talla de Richard Prince o Morimura, jamás llegaron tan alto ni tan fuerte a los nuevos cielos de transgresión artística adelantada a su tiempo. Esto es debido, entre otras cosas, a su mayor o menor pretensión a la hora de llevar a cabo sus historias

Y he aquí, remarco, un punto CLAVE. Porque esto, de lo que hablo, ha pasado SIN MÁS, como la vida misma. Dicho pronto y mal, su pretensión es comparable a la de un matorral de descampado: sin saber muy bien por qué, nace. Y una vez llega a este mundo, hace lo suyo. Las razones, si es que existen, son irrelevantes. Es algo que PASA, que sucede con entereza propia de la misma Naturaleza. Solo que, en este caso, en vez de tratarse de una conjugación bioquímica de microorganismos que un buen día se organizan y emprenden su gran aventura, estamos ante un puñado de jóvenes filofascistas y semianalfabetos —seguramente en paro, provenientes de familias que redefinen el término desestructuración y de carácteres abiertamente gregarios a la par que violentos— que, igual que arraigan los matojos, han creado sin darse demasiada cuenta una de las más grandiosas manifestaciones artísticas de vanguardia vistas en los últimos 100 años. 


Ríete tú del Cabaret Voltaire.



FACHAS EN CHÁNDAL: CÁUCASO, COSMOLOGÍA
Y PORVENIR DE LA TRADICIÓN ORAL


Reconozco que es arriesgado: si bien no puedo (ni debo) negar la inmensa simpatía que me provocan los llamados Gopniks, tampoco es de recibo afirmar en un texto serio —como éste— que dicha horda de iletrados morlocks naturales de la Europa del Este más descompuesta y confundida serán, por así decirlo, eventualmente reconocidos como pioneros de una novísima expresión artística que habrá de marcar un "antes" y un "después" (nótese el uso de comillas sin miramiento ninguno: la cosa, efectivamente, va en serio). Pero, qué cojones, desglosemos un pelín el pifostio manque sea por vicio: 

En primer lugar, y eso es innegable, cumplen las premisas de lo que se requiere a la hora de nombrar a una vanguardia artística como tal, en pleno derecho de facultades y corroborada más allá de planos teóricos (de hecho, aquí no creo que haya plano teórico ni de puta coña, por lo que la práctica resultante deviene aún, si cabe, más real). Y, ¿qué premisas son esas?

01. Expresión lúdica y creativa con intenciones de comunicar una idea, sea individual o colectiva. En principio, sin ánimo de lucro: solo desbocados torrentes de pura pasión sociópata.

02. Originalidad incuestionable y ausencia —como poco, parcial— de referentes estéticos directos. Iconoclastia. Devenires turbios. Quinta marcha, totalmente.

03. Su acción conlleva una reacción real, interactiva y voluntaria por parte del espectador/a: éste/a, a su vez, se muestra VERDADERAMENTE sorprendido: ergo, se genera una pauta insólita en la cognición del sujeto paciente, dando lugar a un nuevo parámetro sociocultural inexplorado. Esto es, creación de nuevas visiones culturales.

Detengámonos un momento en este último punto (03) y, gracias al apoyo de testimonios audiovisuales, veamos como EFECTIVAMENTE el proceder HardBasser de estos jóvenes Gopniks, pioneros de expresión corporal futurista, logran, tan solo siendo ELLOS MISMOS, reacciones mucho más notables que las provocadas por la totalidad de performances —más allá de que sean o no filomaricas— que actualmente pueden darse en cualquier museo, centro cultural o galería de renombre: 
Prostejov's Grand Chavaladah, dejando huella

Vamos a ver: un grupo (numeroso) de indocumentados enmascarados —lo de las máscaras y pasamontañas, ya es un tema en sí mismo—, mancillando lo que encuentran a su paso a base de coreografías lunáticas y zapateados imposibles en clave passepartout, portando chandalada militante y sudaderas con motivos abiertamente anti-sociales, todo ello SIN HABLAR. Asimismo, siempre on the move de forma presuntamente aleatoria y con una clara motivación por el faltonismo y la jodienda sistemático-cachonda de capas bienestantes de la sociedad (propietarios, madres, gente en coche...). Todo filtrado a través de parámetros propios de las ruinas post-comunistas, cráter altamente desatendido en ese pánfilo continente que es Europa. A mí, esto me lleva a la esencia del Dadà más puro y rupturista, pero aún mejor: ninguno de ellos, y eso casi que podemos darlo por sentado, puede permitirse dejar su curro —en caso de que lo tenga, tema peliagudo— para pasarse la mayor parte de su vida jugando al ajedrez. Es decir, estamos ante una vanguardia que, aún y basándose en fundamentos eminentemente artísticos (música, danza, performance de la buena, y hasta un puntito de representación Kabuki con regusto a felpudo chabolero), en ningún momento abandona su noción de causa: la reivindicación de su desfavorecimiento social, su querencia por la violencia, las drogas baratas, el alcoholazo de garrafón y una innegable prestancia coyuntural —ya sea en rotondas, restaurantes chinos, centros comerciales, bocas de metro o descampados trufados de chutas—, nada tiene que envidiarle a los movimientos más destacados de la Historia del Arte socialmente incisivo. De hecho, estoy casi seguro que todo esto mola MUCHO MÁS que el Mayo del 68 y que la Universalización del Flamenquito y el Porno-Terrorismo más sobaquero y la irrupción del postmodernismo en la literatura de aquí y los breakdancings sardanistas, todo junto y multiplicado por tres. Vamos, es que ni le llega a la cremallera de la pernera del chandalamen. 

No sé si me he explicado. Veamos un poco más de lo que digo, para ir reafirmando el concepto:

FP Madness

Noción de espectáculo

Hardest Novecento


Vale.
    Pues eso era. Un poco atropellado quizá, pero la sustancia ahí la llevas.


*************

El Jarcor No Tiene Parangón II (Spleen)

El Jarcor No Tiene Parangón III (Primus Magnificus)