Vale: ahora imagina que, un buen día, te levantas por la mañana. Todo bien. En principio.
Va pasando la mañana y, en algún momento, llegas a la conclusión. Por mucho que te esfuerces y/o intentes evitarlo, no encuentras la manera.
Para lo que sea. Así, en general.
Y luego, aún y cuando te sabes presa de un shock nervioso de esos que no se dan por vencidos así como así, decides seguir adelante.
Hacia donde sea. En general.
Así las cosas, te quedan pocas opciones. Acabarán por notarlo, se darán cuenta y ENTONCES sí que se habrá jodido la marrana. No serán capaces, piensas, de dejarlo pasar. De hecho, se esforzarán por no ignorarlo. Y lo notarás. Lo notarás dentro, ahí donde se ha precipitado de pronto ese abismo con el que vas a tener que lidiar. El olor, ciertos vapores que espesan el aire.
Notas como un palo de fregona se te introduce sibilinamente, culo arriba, y ni siquiera es el dolor (tampoco la muy fundada sospecha al respecto de incipientes hemorragias internas) lo que más te obnubila.
Si me permites el consejo, AHÍ es cuando has de plantearte seriamente una EXTRACCIÓN FORMAL.
De lo que sea. Ya sabes.
PD: ¿llorar en público es pedir a gritos que te violen?