Pues nada, hombre. Suma y sigue, como si no hubiera un mañana (o, en todo caso, nada mejor que hacer).
Yo qué sé. Si yo fuera mi hijo, me daría una paliza de esas que enderezan.
El por qué (si es que lo fuera, no lo tengo yo muy claro) puedes DESCARGARLO AQUÍ.
Y a tomar por culo con la pelotita.