jueves, 18 de octubre de 2012

RESEÑAS DE "RAPING THE WHITE" EN LECOOL Y LAMONO

Aquí dos reseñas que han salido en las últimas 36 horas a propósito de "RAPING THE WHITE", expo de un servidor e inicio de temporada para EAT MEAT, que con energías renovadas y algunos cambios estructurales (no muchos, pero sí ciertamente sustanciales) se dispone a cubrir esta temporada 2012-13 con nuevos proyectos y alquimias varias, de las que ya iremos hablando cuando sea pertinente.

Primero, la reseña de LECOOL sección BCN, amigos de la casa y habituales en nuestros tejemanejes. Bastante mejor que bien, as usual





Y después, la reseña de los amiguetes de LAMONO. Caso curioso el de esta publicación, por lo menos en lo que respecta a sus reseñas en el formato digital. Las que nos atañen, digo. 

En concreto, las que se refieren A MÍ. 

Porque, por alguna razón que desconozco, se han "empeñado" (desde el cariño lo digo) en atribuirme ciertos particulares que colindan con la dimensión desconocida.

Recordemos que en su reseña de nuestra última colectiva "LIBIDO" me concedieron -por error, dicen las malas lenguas- un premio FAD otorgado en el 1969, justo diez años antes de nacer yo. Este premio FAD (que, por cierto, sigo reclamando infatigablemente a las autoridades competentes) me dotó de ciertos poderes sobre el tiempo y el espacio, cosa que me pareció de lo más estimulante, al tiempo que se reconocía en el acto mi talento, siendo tanto y tan constatado que incluso una década antes de nacer ya andaba yo visionando la estética de vanguardia.

Pues bien: en la reseña que hoy nos ocupa, he pasado de ser un maestro del tiempo y el espacio (rollo Hiro Nakamura) a ser un ente nonato, puesto que naceré mañana. A los hechos me remito:


Claro. Ahora confundido me hallo. No es que me parezca mal (de hecho, me parece estupendo) que a cada reseña logre superar mi condición de simple mortal, al tiempo que me reinvento como concepto. Un concepto siempre desatado de las constantes tiempo-espacio, por lo que, según LAMONO, debo ser algo así como un Eterno, un eslabón mitológico del underground barcelonés. El Cthulu de San Andrés. Eh, por mí cojonudo. Ya veréis cuando se lo cuente a mi madre, ella que siempre ha creído que había parido un bueno-para-nada. Pero claro, dadas las circunstancias, no entiendo por qué tengo que vagar como un alma en pena, confundiéndome y mezclándome con el resto de mortales. NO ES JUSTO. Por lo que he decidido tomar cartas en el asunto. El problema es que no sé cómo tomarlas, si solas o con leche.


(Un abrazo fuerte para la gente de LAMONO, que lo han hecho con la mejor de las voluntades... Espero que no os moleste que me lo tome a cachondeo. Estoy ansioso de montar otro bolo, a ver qué será la próxima vez...)