martes, 9 de junio de 2009

POEMAS NUEVOS. SERIE GESTALT.


GESTALT II: PRINCIPIO DEL CIERRE


Al mirarme al espejo
se suele producir un curioso efecto.

¿Sueles recordarte? Me refiero a si
te recuerdas ayer
o si eres realmente consciente del progreso de tu calvicie.

Yo no. Pasa así. Me miro al espejo
y reconozco lo básico;
pero no soy capaz de recordar si ayer
tenía ya
los desconchados en la barba, las manchas púrpuras, los arañazos en la cara.

Los arañazos.
Deben estar ahí por algo.
Pero no lo recuerdo.

Y eso es algo que me llena de una felicidad
que soy incapaz de reconocer
en cualquier otra cosa que me acontezca.

Piénsalo: lo único malo de vivir
es ser absolutamente consciente de ello.

Por eso
-el gozo es soberbio-
cada nuevo día estoy destinado a cometer
ese mismo error
que ayer hizo de mí
eso mismo de lo que hoy estoy incapacitado para arrepentirme.