Aquí la secuencia entre la primera pulsión (siempre la mejor, pena que esté tan condenada por proceso) y el resultado final (digamos, considerado como tal). Y entre un punto y otro, la siempre estimulante DUDA, que tanto ayuda al aeróbico ejercício de la autocrítica. Triunfar o fracasar a la postre, eso es harina de otro costal.
Por suerte, nada es eterno: al margen de la respuesta, el tiempo siempre acaba.
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En orden cronológico según proceso: