jueves, 19 de julio de 2012

FAMILY MATTERS


"Family Matters". Collage y mixta sobre papel. 28x19 cm.


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Los detalles son una parte esencial de cualquier cosa, siempre y cuando dicha cosa forme parte de un discurso con voluntad diferenciadora.

Yo me paso esto por el llamado arco del triunfo, porque he descubierto que la única manera de diferenciarse del resto es matar gente. Cuando matas gente, parece ser que recuperas la unicidad. Vuelves a tener nombre y apellidos. La gente, el resto, puede llegar a verte como un ente independiente, separado, concreto. 

No hay otra forma. 

Porque si de repente uno es acometido por el estufido del ego y se piensa diferente, desde aquí le invito a que reflexione sobre si realmente escribir un libro, pintar una patochada cualquiera o ayudar a los pobres es una buena manera de destacar sobre los demás. A esto, me anticiparé a la conclusión a la que sin duda llegará: y es que, básicamente, me puedes comer los huevos. Ya somos demasiados en todo. Incluso puedo llegar a afirmar que ni en el porno existen elementos diferenciadores. El talento -o su total ausencia- se estandariza y actúa de argamasa. Se vuelve paradójico, memo, previsible. "He escrito unas poesías de enfermedad y muerte que te dejan con el culo torcido, mi discurso iconoclasta y mi forma de 'matar al padre' bla, bla, bla..." Mis huevos. Te los puedes comer enteros.

"Hay que reivindicar el graffiti como una nueva forma que evoluciona por sí misma y que ha de hacerse paso entre los enquilosados valores del arte establecido y que si esto, que si lo de más allá...". Hostias. En vez de pensar en esas gilipolleces, podrías preocuparte más de tu madre, a la que tengo apalancada en casa. Y que, por cierto, nunca se da por satisfecha. 

"Las nuevas formas de microeconomía y autoabastecimiento abren una nueva puerta a la relación intersocial, tanto en núcleos urbanos como los más rurales, y si me dejáis que os lea una cosa que he pensado al igual...". Tengo los oídos escocidos. 

Matar. Eso sí que te pone on-the-top. Coges una escopeta, te vas a un colegio y te llevas por delante todo lo que puedas. O te haces presidente.

Luego están los deportistas de élite, que al parecer no tienen que matar a nadie para ser reconocidos como unidades destacadas por encima de una masa donde nos encontramos el resto. Pero eso es debido a que los deportistas de élite son en su mayoría formas increíblemente evolucionadas de cáncer. Igual que los rockstars de primer orden. Y si no, fijaros bien. Palpitan. Una vez has aprendido a verlo, es algo verdaderamente desagradable.