miércoles, 13 de octubre de 2010

JOVANI + RIOT ÜBER ALLES


A ver, mejor lo explico desde el principio.

O no.

El caso: Sebastià Jovani (escritor, poeta, somelier, locutor de radio y co-director del LEM, para más señas) me propuso hace -no demasiado- tiempo la posibilidad de ilustrar la portada e interiores de su próximo libro, de inminente aparición, editado por La Magrana (conspicua editorial catalana que, como bien sabemos, sirve de tapadera para paliar las sospechas levantadas a partir de los ingentes ingresos que produce el laboratorio de metaanfetamina que, felizmente, desarrolla sus actividades en algún sótano oscuro y húmedo de la zona del Eixample barcelonés).

Así las cosas, le propuse un curioso experimento, nunca antes llevado a cabo por el que aquí suscribe. El tema iba de la siguiente manera: para darle un toque espontáneo a la portada, decidimos que lo mejor era quedar, fumar muchos cigarrillos, emborracharnos, ponernos bien finos, tirarle a los palomos, empinar el codo cosa mala, castigar las fosas, balbucear hasta el ridículo más espantoso. Y, una vez llegados a este -siempre tan entrañable- punto, él debía contarme el argumento de la obra. No. Miento. No debía contarme el argumento, únicamente debía darme las premisas que considerase oportunas para que yo, hombre de buen entendimiento y empatía contrastada, diera con la imagen adecuada para ilustrar la portada sin necesidad de leer NI UNA SOLA PALABRA DE LA NOVELA. Ni una cita, ni una frase. Nada. Sólo aquello que el bueno de mi amigo Jovani tuvo a bien explicarme, gesticularme y evocarme a través de algunos garabatos ininteligibles rasgados sobre las servilletas de papel del bar dónde nos hallábamos.  

Y éste ha sido el resultado.
Creo que le mola.
Y, bueno, tampoco tiene por qué ser definitiva. No sé. Todo es hablarlo.
Digo.

Nota: No nos odiéis por ser taaaaaan bohemios. Yo también podría odiaros por muchas cosas y, sin embargo, no lo hago. Bueno, sí lo hago. No. No mucho.

(Post dedicado con todo cariño a mi socio Sebastià Jovani).